La Secretaría Regional Ministerial de Salud confirmó en el atardecer de este martes (19 de enero) la prohibición absoluta para el baño en las playas del litoral perteneciente a la provincia de Curicó, como las de Iloca, Duao, Llico y cercanas, ante la aparición de la temida Fragata Portuguesa, cuyas especies en las últimas horas habrían afectado con picaduras a lo menos a 5 bañistas.
Fue la propia Seremi Valeria Ortiz quien en entrevista con CondellNoticias precisó que tres menores de edad, un adolescente, y un adulto que se bañaban en las playas de Duao, en la comuna de Licantén, habían sido afectados por la picadura de las denominadas Fragatas Portuguesas, resultando con lesiones leves, las que fueron atendidas en la posta de Iloca,
Por lo anterior, y con los antecedentes que ratificarían que en la costa curicana se encuentra en tránsito este tipo de venenosos hidrozoo, es que la Seremi de Salud procedió a la firma del documento que prohíbe el baño en todo el borde costero de las comunas de Licantén y Vichuquén, y se especifica que la medida se aplica en las playas de Rancura,Iloca, Duao, Lipimávida, Llico.
Valeria Ortiz explicó que este «Cierre de las playas, corresponde al cierre para el baño, es decir prohibición para introducirse a las aguas», aclarando que por ello, de igual forma los turistas y veraneantes pueden transitar y realizar actividades propias en la playa, en la arena fuera del mar.
El objetivo de esta medida es evitar nuevos casos de personas afectadas por esta especie, dijo la profesional, quien añadió que esta prohibición se mantendrá hasta tener certeza que la Fragata Portuguesa no se encuentre en aguas correspondientes a las playas curicanas.
De hecho ya la semana pasada se habian encendido las alarmas, primero a causa de un avistamiento de estas especies frente a Iloca- Duao, y luego en el fin de semana, cuando un adolescente habría sido «picado» por este tipo de especie venenoso, que se caracteriza por su forma gelatinosa redonda y abultada, y por un color azulino oscuro, diferente a las habituales «gelatinas» que se observan en las playas.
Por Mauricio Poblete