Católica se quedó con los puntos y las dudas; Curicó se quedó con las ganas

El cuadro de Universidad Católica en su reducto de San Carlos de Apoquindo se quedó con los tres puntos, dejando en todo caso una serie de dudas en cuanto a su planteamiento, frente a un Provincial Curicó, que por su parte regresó con manos vacías, pero dejando la sensación que la suerte, el VAR y la terna arbitral le jugaron en contra para que las cosas hubieran sido diferentes.

Si bien la victoria 2-1 quedó en manos de los cruzados, los torteros hicieron ver mal a los campeones de los últimos torneos oficiales del balompié nacional.

Y si los curicanos no se pusieron en ventaja tempranamente, fue solo por el ojo tecnológico, lento y muy discutible del VAR, que le anuló el gol a Byron Oyarzo por un supuesto fuera de juego, que aun sigue siendo discutido.

Ello, además fue la evidencia que Curicó no llegaba a San Carlos de Apoquindo para a refugiarse.

De hecho tras el gol curicano anulado, La apertura de la cuenta para los catolicos fue por una pelota que Gonzalo Tapia quitó en campo propio (se protestó falta del juvenil) y que dejó mal parada a la zaga visitante.

Diego Buonanotte, sorpresivo titular como interior derecho, definió con precisión para celebrar. El gol no soltó a la UC. Su rival siguió controlando el juego, marcando los tiempos del partido, ante un dueño de casa que apostaba a la recuperación y el ataque directo, el pase largo de Aued y mismo Buonanotte. Sin toques extra, sin lujos.

Lo cierto es que Curicó Unido no merecía ir perdiendo. Pero lejos de igualar, sufrió más castigo, por otra salida rápida de Católica que acabó con la combinación entre el Enano y Chapa Fuenzalida, cuyo centro terminó en la cabeza de Fernando Zampedri. Se jugaba el segundo minuto de descuento, un golpe de nocáut para cualquiera.

Sin embargo, el equipo de Palermo no se hundió. Mantuvo la idea y el ímpetu. Recibió premio con el descuento de Leandro Benegas (53′) y sumó fe para volcarse por el empate. ¿Qué hizo la UC? Se replegó. Sin complejos, entregó la cancha y el balón. Matías Dituro se transformó en una carta clave.

Lo cierto es que en el segundo tiempo, los franjeados no probaron al arco. Una tribuna con público posiblemente habría reprochado la presentación de su escuadra, porque si bien los tres puntos se quedaron en San Carlos, el resultado no quitó el mal sabor dejado por el juego de la oncena cruzada.

Los curicanos en tanto volvieron con las manos vacías, solo con el consuelo de saber que pareciera y de la manos del Titán Palermo se va en el camino correcto, solo faltando más certeza en la puntada final, para volver a abrazarse.

Fuente: latercera.cl

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